"Ponchos con lana de oveja soltera"

Por Andrea Pulla

El rojo, la tradición de un pueblo

Chimborazo, la tierra del Taita, de los casi extintos hieleros y de los ponchos. Riobamba una ciudad tradicional que alberga una población de costumbres ancestrales, trajes típicos y una gastronomía exquisita. Este sitio guarda en su seno al famoso Mercado de Ponchos.

Al pie de la iglesia de la Concepción, en la plaza, se asientan coloridos locales que ofrecen una extensa variedad de productos en lana, tagua, paja, crin de caballo, entre otros. Además se puede encontrar oficios artesanales que van desde la manufactura de monturas hasta la costura al aire libre.

Manuel Morocho es uno de los 24 sastres y costureras que trabajan en el mercado. Cada miércoles y sábado sacan sus máquinas de coser de las bodegas, que quedan en las calles aledañas al mercado, y montan un taller de confección y arreglo de ropa.

“Trabajo un año y medio en esta plaza, antes me dedicaba a la agricultura pero ya no me avanza para mantener a mis cinco hijos”, dice Manuel mientras hace un remiendo para un joven cliente que se detuvo de camino a su casa para hacerle a su chompa un “pequeño arreglo express”. “Mi abuelita viene cada mes para confeccionarse una falda o para hacerles vestidos a mis hermanas, Don Manuel ya es conocido”, manifiesta el joven, que satisfecho con el trabajo continua su trayecto.

La Plaza de la Concepción es más conocida como La Plaza Roja, debido a los diversos usos que tiene, es el punto de encuentro de concentraciones masivas de carácter político y social, pero la actividad principal es la venta de ponchos de lana de oveja, esencial para el clima de páramo.

Ángel Puma lleva 32 años en el negocio de ponchos, la constancia le ha permitido ampliar su negocio, ahora confecciona blusas y faldas plisadas usadas como vestimenta tradicional en Cuenca y Cayambe. “Tengo un taller en el que trabajan mis tres hijas y con eso vamos a las ferias de Colta, Ambato, Guamote y Zalarón”.

Los ponchos son el principal artículo de venta, de los 160 locales existentes 84 se especializan en su producción. Las fiestas y las corridas de toros aumentan la venta considerablemente y es ahí cuando se puede observar una ciudad vestida de rojo.

El secreto de los ponchos radica en su lana, entre risas Ángel manifiesta “solo vendemos ponchos con lana de oveja soltera”.