Por: Belén Espejo
Muchos ecuatorianos consideran que lo importado es mejor que lo de su país. ¿De dónde nace la idea que lo hecho en Ecuador es malo? ¿Por qué se piensa que los productos nacionales son caros? o ¿son feos?
El ecuatoriano, residente en Estados Unidos, Patricio Paredes, la venezolana Carola Nieto y la quiteña Clara Núñez pasean por el Mercado Artesanal. Al preguntarles ¿qué tal les pareció los productos, el precio y el servicio? Patricio y Carola, cada uno con su acento, dijeron “excelente”, “el precio es cómodo, nada exagerado”. Pero, probablemente, a Clara no le fue muy bien. “¡Indígenas incultos! Piensan que uno es gringo y le quieren sacar un ojo de la cara (…) ¡no es justo!”, afirma.
“Para un extranjero no es lo mismo entrar a un centro comercial que al Mercado Artesanal”. En otros países “hay un mall mejor que otro”, pero ninguno vende las maravillas que se exhiben aquí, así lo manifiesta Patricio. Confiesa que aprendió a valorar lo nacional desde que se sintió lejos de su patria. Antes, seguramente, tenía la misma concepción que Clara.
“¿En qué le ayudamos? ¡pase, pase! ¿camisetas, manteles, sacos? ¡sin compromiso!”, es muy común escuchar esta frase cuando se camina por cada uno de los pasillos del Artesanal. A Carola le gustó la gentileza y paciencia de los vendedores. “No tenían problema en sacar las camisetas, mostrarme varios modelos”. Además, señala que los precios son “comodísimos”. “En Venezuela no se encuentra una camiseta por 6 dólares”.
“Busco un saco de alpaca para el jefe de mi hija en Italia” indica, un poco molesta, Clara. Diego Alonso, propietario del local 187, cobra por ese artículo 14 dólares “con rebajita incluida”. Clara ha recorrido todo el mercado y nadie baja de ese precio. “¡Es muy caro, ni que fuera que ganáramos millonadas!” señala.
Patricio está seguro que el color, el diseño, el material y sobre todo la elaboración a mano son cuatro características que atraen al extranjero. Diego explica que todos sus productos son hechos con lana, alpaca, hilo, algodón y tela. “Todo se trabaja en telares, a mano, excepto las camisetas estampadas”.
Patricio y Carola a pesar de no vivir en el Ecuador valoran el producto artesanal. Clara no. Ella considera que los precios, el material, y hasta el servicio son malos. Patricio y Carola contra la opinión y percepción de Clara. Dos contra uno. Sin duda alguna, este es un pequeño ejemplo que ganó quien dijo que lo ecuatoriano es bueno, bonito y barato.
No hay comentarios:
Publicar un comentario