
Por: Andrea Pulla
La primera revista original del Mercado Artesanal de la Mariscal emocionó a los protagonistas, gente luchadora y creativa que se siente reconocida por una larga labor.
Un complicado y sinuoso comienzo se ha transformado en un próspero futuro, el Mercado Artesanal de la Mariscal se ha fortalecido con los años y ha llegado a traspasar fronteras continentales. Plata, oro, hilo, lana, tagua y muchos materiales más son convertidos a diario en arte.
El reconocimiento por la belleza de sus obras no era suficiente para estos prodigiosos artistas, pues detrás de cada mano dotada existe un hombre, una mujer, un joven, una familia entera que vivió una historia de labor conjunta y personal que los llevó a donde se encuentran ahora.
INTI en su primera edición recogió varias de estas historias y las plasmó en un proyecto que busca con anhelo el reconocimiento más allá del arte, busca transparentar la fuerza, la decisión y las ganas de superación que hoy son evidentes en este Mercado.
Graficar con detalle los obstáculos, los sueños, las ilusiones es, sin duda, una tarea indispensable como un tributo a la gente emprendedora.
Al llegar la revista la recibieron ansiosos, pues era la primera muestra física de un compromiso con este lugar; rápidamente varios de los personajes del primer número de INTI corrieron la voz y se mostraron orgullosos de su aparición en algunos artículos, detenidamente leyeron un par de notas y escanearon cada foto que podía identificarlos. I
NTI los cautivó y motivó a colaborar en las siguientes ediciones, con más referencias e ideas propias que logren ser el espejo de este conglomerado que es copartícipe de la voz colectiva de artesanos.
Amable, colaboradora y sencilla, esa es la gente del Mercado Artesanal, a quienes INTI agradece por desarrollar la cultura ecuatoriana con su habilidad innata y por ser parte de este proyecto.
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