miércoles, 7 de julio de 2010

Para fanáticos y enamorados



Por: Sara Michelena

Son muchas las apreciaciones que existen sobre el tatuaje. Unos lo ven como una extravagancia y otros como un arte. Para varias tribus de Nueva Zelanda, éste es un ritual realizado casi exclusivamente por mujeres que quieren demostrar madurez, mientras que para varios abuelitos el tatuaje es la cicatriz del presidiario.

Sea cual sea la percepción que existe sobre las impresiones en piel viva, el tatuaje se ha vuelto un producto de consumo de masas. En el Ecuador no existen cifras referentes a este proceso, pero en Estados Unidos se estima que el 15% de la población tiene al menos un tatuaje.

Para Joaquín (nombre ficticio), joven tatuador del Mercado Artesanal es una forma de vida “para locos, fanáticos y enamorados, pero en mi casa no saben que lo hago”.

Hoy es un día especial. Su amigo Andrés Clavijo, fanático del Deportivo Quito, prestará su pantorrilla izquierda para que el aprendiz tome horas de vuelo. “Es mi primer tatuado sin supervisión profesional”.

La cama de Andrés está lista. “Una mezcla de dolor y alegría. Mientras sentía el proceso, las líneas y el color, supe que era para siempre. El corazón azul grana es por la frase: "Los hinchas del Quito tenemos dos corazones, uno para quererle y otro para sufrir por el Quito".

Después de 4 horas de sudoración y dolor la obra está casi lista.

Solo falta el nombre de mi novia, al centro, dice Andrés.

-A no loco, esas huevadas si no tatúo.



En cifras




Por: Sara Michelena

Ingresos del mercado responden a los datos del INEC

Según datos publicados por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), las principales actividades económicas en el Ecuador están en el siguiente orden: Agricultura, servicios, comercio, manufactura, construcción, transporte, y un pequeño rubro de “otras” donde entra la minería, electricidad, gas, trabajo artesanal, y todo tipo de actividades diarias que se originen informalmente.

Dentro del último rubro, que ocupa el 9.2% de la pobl

ación están incluidos los trabajadores del Mercado Artesanal de la Mariscal. Aunque los artesanos no reciben un salario mínimo, se ven afectados por la problemática de los bajos sueldos en el Ecuador “cómo le gente no tiene buena paga, tampoco quiere pagar bien aquí”, asegura Gladys Pajuña, trabajadora del mercado.

Jorge Logaña, presidente del mercado estima que

los 197 puestos existentes, en promedio tienen individualmente una ganancia de entre $400 y $500 al mes. Si se multiplica los ingresos de todos los puestos del conglomerado significaría un movimiento aproximado de $70 000 mensua

les. Parece una cifra alentadora, pero los ingresos de estas personas se apegan a las estadísticas publicadas en junio del 2010 por el INEC, que advierte que una familia con cuatro miembros tiene un ingreso mensual de $406.93, mientras que la canasta básica ecuatoriana está en $538.12.

La crisis ha motivado a varios trabajadores del mercado a comprar y revender, incluso algunos productos extranjeros. Diego Alonso, vendedor de ropa, compra las alpacas en $4 y pide por cada saco entre $10 y $14. Pueblos como Peguch

e y Cotacachi, dedicados a la producción de materia prima, se ven afectados por la inserción de material a bajo costo ya que no venden con la misma fuerza. Un estudio realizado por el Fondo de España (PNDU), el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación, y la Dirección Regional para América Latina y el Caribe

publicó que el 70% de indígenas del Ecuador viven en situación de pobreza.

Los bajos salarios así como el alza de precios en los productos de la canasta básica desencadenan un círculo vicioso que no

solo afecta a los asalariados sino a la población en general, incluyendo a los artesanos. Quien no recibe un buen sueldo, no puede pagar por artesanías “caras”. El artesano buscará la forma de abaratar costos en materiales y materia prima. El productor indígena tendrá menos trabajo y en consecuencia validará las cifras indican que 7 de cada 10 indígenas ecuatorianos viven en la pobreza.

¿La ley es para todos?

El proyecto de ley orgánica de defensa del artesano está en marcha. Obreros de 20 provincias del país se encuentran debatiendo para lograr una ley que ampare y permita mejorar las condiciones del trabajo artesanal en el Ecuador.

Los gestores de este proyecto, son a su vez miembros de la Junta Nacional del Defensa del Artesano (JNDA) y han promulgado velar y luchar por los intereses de sus colegas a nivel nacional.

La Junta es una institución que vela por los derechos de los trabajadores titulados y afiliados a la misma. Quienes son parte de este proyecto tendrían mejoras notables en el desarrollo de sus actividades. Permitiría la exoneración del impuesto a la renta e impuesto al valor agregado (IVA), también la exoneración del impuesto a las patentes municipales y adicionales. Pero ¿Hasta qué punto pueden ser palpables estos beneficios si solo el 30% de artesanos están afiliados a la Junta?


El precio que se debe pagar para la calificación de artesanos oscila entre los $5 y $20 dependiendo del tiempo, además en una serie de documentos que certifiquen la veracidad de su trabajo. Existen pequeños mercados artesanales como el del volcán Quilotoa, donde la artesanía no es 100% rentable.


Para muchos puede resultar una cantidad importante justamente porque el trabajo artesanal no recibe la remuneración deseada por sus creadores. Para lograr efectivizar el amparo al artesano se debería comenzar por buscar la afiliación de los obreros, a fin de que el plan se ejecute con apoyo y fuerza. La constitución aprobada en Montecristi mantiene que la cultura sea uno de los pocos rubros exonerados de la tributación.


Para Inti, la artesanía es una parte importantísima de la cultura ecuatoriana por lo que no debería pagar impuestos entonces, cabe la pregunta


¿La ley es para todos o para quién puede pagar por ella?

Radio Revista IntI

Conviértete en el fan de las buenas historias. Escuche el segundo programa radial de la Revista IntI Mercado Artesanal. En esta nueva oportunidad hablaremos de la cerámica de barro y nos enlazaremos al mercado de ponchos en Riobamaba

Adornos artesanales en línea

Lo que está buscando para su casa, lo tiene en el mercado artesanal.


Por: Belén Espejo


Chola Otavaleña

Elaborado en cerámica. Sus dimensiones son de 30 x 20 cm.

18 dólares

Local 77

095563137

Luzmila Chiza


Crucifijo

Elaborado en madera y recina. Sus dimensiones son de 40 x 30 cm.

18 dólares

Local 74

2245432

Humberto Cando


Piedra jade

Mineral típico del país, utilizado por los Incas para curarse y evitar las malas energías. Se lo coloca en las esquinas de cualquier parte de la casa.

25 dólares

Local 63

2903530

María Araujo


Indígena

Elaborado en papel reciclado y pintado a mano.

20 dólares

Local 24

3987498

Andrea Pérez


Familia

Escultura tallada en madera

30 dólares

Local 87

098888765

Mario Albarracín


Vasija

Hecho en madera con toques de pintura acrílica.

22 dólares

Local 34

097794323

Víctor Yamicela


Búho

Realizado en barro y a mano. Se dice que los ojos de este animal no permite que las malas energías de los invitados se quede en el hogar.

35 dólares

Local 78

3454342

Mario Lúcela





"La Cuenquita de los Iglesias"


Por: Belén Espejo

El barro es su instrumento de trabajo. Sus manos son las encargadas de dar forma al barro. Las vasijas, los animales y demás productos son sus obras. La familia Iglesias, de generación en generación, se ha dedicado a la alfarería.

Juanita Iglesias tiene 36 años. “Desde que tengo uso de razón me dediqué a cocer el barro”. Desde pequeña le gustaba estar a lado de su madre Patricia. “Cuando mi mamacita estaba modelando una vasija, sentada le veía y así aprendí”, afirma.

Los Iglesias son de Cuenca. Ahí tienen una pequeña empresa familiar “La Cuenquita de los Iglesias”. Trabajan quince personas. Las piezas las hacen en Cuenca ya que, solamente, ahí tienen un taller. Luego las traen “bien embaladitas” a Quito, al local 87 del Mercado Artesanal.

En el Mercado Artesanal tienen ¡de todo un poco! “Siempre tratamos de traer lo que más se vende”. “Lo que más sale”, especialmente por los turistas, son las figuras de animales, los floreros y los platos.

La técnica de modelado que utilizan en “La Cuenquita de los Iglesias” es la misma que antiguamente. Pero, ¿cuál es? Juanita explica que sobre una rueda se coloca la maya (un anillo de barro), sobre la maya se pone la lusia (una especie de plato resbaladizo), y encima de la lusia es donde se hacen las artesanías, mediante la técnica de urdido. Es decir, al asiento de la pieza, se van añadiendo trozos de barro que, con ambas manos, se van pegando al borde del mismo, y se van estirando. Así, hasta el final.

La alfarería es una tradición solo para mujeres asegura Juanita. De las quince personas que trabajan en el taller, solo dos son hombres. Ellos se encargan del “trabajo pesado”: mantenimiento de hornos, preparación del barro y empaquetamiento del producto.

“Las mujeres somos cautelosas, más detallistas” y “hacemos mejor el trabajo”, añade Juanita, entre risas. Aparte de realizar el moldado de las piezas, las secan, esmaltan y cocen. Cuando hace frio, “se cuecen en una habitación con aire” o sino con ayuda del sol.

En Cuenca, los turistas prefieren que “se vea el color natural del barro”. En cambio, en Quito, optan por esta nueva tendencia del blanco – negro. Hay piezas grandes, medianas y pequeñas. De todo precio. Lo más cara son las figuras de “cholas cuencanas” cuestan de entre 120 dólares a 80, dependiendo de su tamaño.

“La Cuenquita de los Iglesias” quiere expandirse y llegar a ser “el Ecuador de los Iglesias”. Es un proyecto a largo plazo que “a peso lento pero seguro” lo lograrán.

martes, 6 de julio de 2010

Música, el arte de vivir con el sonido


Por Andrea Pulla

La música, el camino más cercano para conocer una cultura.

En el Ecuador la música andina es una representación cultural que refleja a las poblaciones precolombinas que usaban este método como medio de comunicación entre el hombre y el dios, el ser y la Pacha Mama. “Era un concepción extraterrenal”, según Fernando Andino, sociólogo.

Los instrumentos andinos son realizados con materiales obtenidos en los bosque, selvas y hasta animales, el chagchas es elaborado con uñas de llama, que al golpearse produce un sonido parecido al de una maraca y el palo de lluvia fabricado con caña guadua y piedras de mármol simulan a la perfección una llovizna o un diluvio.

Perú, Bolivia y Ecuador son los máximos representantes de esta expresión, así lo asegura Alfonso Morales, quién hace más de ocho años se dedica al negocio de la música andina, en el local 140 ofrece todo tipo de instrumentos que se adecuan a cada necesidad. “Tengo para aficionados, principiantes y profesionales, flautas, charangos y maracas suficientes para un grupo musical”.

Además de los instrumentos, vende discos de grupos como Sipan, Faccha Huayras, Ñaupa Taky, Kara Shuar, Inka Samai, los predilectos de los clientes extranjeros.

El rondador es un instrumento de viento propio de nuestro país, pero comparte similitudes con la zampoña y la flauta de pan que pertenecen a toda la Región Andina.

María Arias produce instrumentos en su natal Otavalo y desde ese punto los distribuye en el país, su familia se dedica a este negocio desde hace tres generaciones, por lo que se ha convertido en la proveedora principal de los grupos mencionados anteriormente.

La música es más que una cultura, es una forma de vivir con los ancestros, de mantener la llama encendida y la manera correcta de conectarse con un mundo distinto.